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Liderazgo y desarrollo, asunto de todos / Opinión

Actualizado: 17 nov 2020

La vivienda informal, los urbanizadores ilegales y la ocupación de facto son fenómenos reales.

Las ventas de vivienda de interés Social (VIS), con precio inferior a 112.000.000 de pesos, llegaron a 28.873 unidades. La reactivación económica con una mirada distinta desde todos los frentes es una prioridad. La necesidad de generar empleo, recuperar nuestro aparato productivo y avanzar en el desarrollo de nuestras ciudades con una visión centrada en la sostenibilidad no tiene bandera ni color político. La agenda ambiental y de sostenibilidad no es de un grupo político en particular. Tal vez por tratar de discutir estos temas desde orillas políticas es que a veces los radicalismos y absolutismos pasionales impiden llegar a acuerdos y hacer que nos embarquemos como sociedad en un propósito común: proteger nuestro medio ambiente y pensar la sostenibilidad ambiental y social como punto de partida del desarrollo. Es momento de parar con la estigmatización y el señalamiento a la hora de promover las discusiones. El hecho de ser ciudadanos, padres de familia y habitantes de esta ciudad debería permitirnos creer que todos queremos lo mejor para Bogotá. El desarrollo de mejores viviendas, espacios públicos y la consolidación y protección de la estructura ecológica principal son propósitos comunes. Los verdaderos enemigos de esta visión son la informalidad, la ilegalidad, la politiquería y la incapacidad de trabajar unidos y generar consensos. La vivienda informal, los urbanizadores ilegales y la ocupación de facto del territorio son fenómenos reales. Hay cifras oficiales que hablan de casi 20.000 unidades de vivienda al año que no generan un metro de espacio público ni equipamientos, pero presionan de manera desordenada la provisión de servicios públicos, incentivan asentamientos de altísimo riesgo e impacto ambiental y engrosan el déficit cualitativo de vivienda. Por otro lado, la construcción de proyectos formales y planeados conjuntamente permite desde 2015, a partir de cesiones de suelos, entregar al Distrito cientos de hectáreas que ayudan a proteger, consolidar e incrementar la estructura ecológica principal, y otras tantas para la construcción de parques, equipamientos y vías. Además, los grandes proyectos de ciudad asumen como carga la expansión de redes de servicios públicos, la restauración y protección de los elementos ambientales, la reconformación de suelos hoy casi perdidos y la construcción de vías, equipamientos y parques que solo redundan en mejor condición de vida de los ciudadanos. Es de agradecer el esfuerzo de la Administración en el seguimiento para la aprobación de los planes parciales y proyectos estratégicos de ciudad; sin embargo, vemos con mucha preocupación cómo, incluso con el impulso de la Alcaldesa, los proyectos son cuestionados injustamente después de años de trabajo técnico y quedan engavetados en el inframundo de los trámites y aprobaciones de funcionarios que parece que poco comparten la visión de desarrollo que tanto necesita la ciudad. No es fácil entender cómo proyectos que, entre otras cosas, financiarían pasivos ambientales de la ciudad, recuperarían ríos, crearían parques enormes (incluso más grandes que el Simón Bolívar) hoy tengan detractores que se den el lujo de desinformar y entorpecer el desarrollo. Como sector privado, estamos listos para trabajar unidos y aportar nuestro conocimiento y visión alrededor de una ciudad que despolitice la agenda ambiental y se concentre en cuidarla de manera efectiva y entienda que el desarrollo necesita también ser tratado con buena fe, ayuda y honestidad.



FUENTE


https://www.eltiempo.com/

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